@Randstad_es No me perdería a @TonejoRodriguez por nada del mundo. Allí estaré 🙂 #RandstadAlgoMas #Valencia http://bit.ly/1t2aYED
@CruzRojaCV con @Valart5751 en el Algo+ d @Randstad_es y @LQDVI @JovenesLQDVI #RandstadAlgoMas .GRACIAS x invitarnos
La cúpula del Centro de Eventos de la Feria de Valencia acogió la tercera cita de la gira ‘Algo+’, organizada por Randstad en colaboración con la Fundación Lo Que de Verdad Importa (LQDVI). Más de un centenar de empresarios asistieron a la cita.
Un accidente en un campeonato de quad-cross, cuando tenía 26 años, le postró en una silla de ruedas, pero no frenó su pasión por el motor. Así comienza la historia de Antonio Rodríguez, conocido en el mundo deportivo como Toñejo. Este parapléjico y deportista extremo sigue disfrutando, cada día, de lo que más le gusta: la velocidad.
Toñejo presume de haber manejado motos de 500 cc., de motocross, quads, motos de agua y hasta camiones. “Me siento vivo cuando compito, se me olvida que estoy en esta silla de ruedas”, asegura.
“Las barrera arquitectónicas existen, pero son peores los prejuicios”, subraya mientras enseña al público las fotos de algunas de sus proezas. Entre ellas, la victoria en el campeonato de España absoluto de moto acuática en 1993(donde no competía ningún otro discapacitado).
Años después de la tragedia que marcó su vida para siempre, Toñejo sufrió “el peor accidente de su carrera” en un choque de motos de agua, que le dejó al borde de la muerte. Su lucha y su carácter ganador le permitieron superar la adversidad y regresar al mundo del deporte. “Yo no tengo ídolos deportivos. Mis ídolos son los médicos. He estado seis años de mi vida en un hospital. Un médico salva vidas y eso tiene más mérito que ganar una carrera o un mundial de motos”, asegura.
Albert Bosch es un deportista extremo, “buscador incansable de momentos intensos” ha escalado las siete cumbres más altas de cada continente, ha participado en ocho Dakar y es corredor habitual de ultra maratones.
La mayor hazaña de Bosch ha sido recorrer a pie, sin asistencia, la costa de la Antártida hasta el Polo Sur. En el inicio de la prueba, el deportista y su compañero de aventura quedaron 15 días atrapados en la tienda de campaña por culpa de una terrible tormenta. El viento superaba los 60 kilómetros por hora y el termómetro marcaba los 40 grados bajo cero. “Mi amigo, por motivos de salud, tuvo que ser rescatado en avioneta y yo decidí seguir, solo, con la aventura. La “fortaleza mental”ante la adversidad fue clave para poder finalizar la aventura, a juicio del deportista. Quedaban 48 días de caminata y más de 1.100 kilómetros por recorrer.
“Aquellos días de soledad, en los que no existía ningún ser vivo a mi alrededor, me di cuenta de la importancia de la motivación a la hora de trabajar por un objetivo. En el deporte extremo, como en la empresa, si no estás comprometido con lo que haces, es difícil que lo lleves a cabo”
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