Ha sido 28 veces campeón del mundo, ha logrado más de 100 títulos internacionales, ha nadado distancias en aguas abiertas como Gibraltar o el Canal de la Mancha y ha sido galardonado con la medalla de honor del Comité Olímpico Español, entre otros muchos éxitos. Hablamos de David Meca y, aunque todo parezcan logros, su historia ha sido un largo camino de superación, disciplina y constancia.
José Luis considera esencial comunicarse con el caballo a través de sus emociones para darle confianza. Tal vez ésta es la receta del éxito del mejor jockey de España. Ha logrado ser 9 veces campeón de España y atesora más de 1.000 carreras ganadas a sus espaldas. El camino no ha sido sencillo de recorrer pero gracias a la perseverancia ha podido superar obstáculos
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Noche fría y lluviosa en el centro de la ciudad. Momento perfecto para escuchar al jockey José Luis Martínez y al nadador David Meca hoy martes 30 de octubre de 2018. Ellos representan valores como perseverancia, disciplina, honestidad y constancia.
José Luis es el mejor jockey español en activo. Ha logrado ser 9 veces campeón de España y atesora más de 1.000 carreras ganadas a sus espaldas. Una dura carrera cuyo precio nos pasa a describir.
Una caída en 2008 lo mandó del hipódromo de La Zarzuela al hospital. El primer diagnóstico hacía pensar en paraplejia. Una pesadilla que no llegó a ocurrir, pero de donde sale con la rotura de dos vértebras. “Si no controlas el miedo todo te puede dejar de merecer la pena” nos describe.
El deporte le ha dado muchos valores, pero la “honestidad” nos dice que es el más necesario para seguir adelante sin mentirse. “El miedo pudo conmigo y decidí retirarme”, por mucho que la gente quería verle seguir compitiendo no podía engañarse a mí mismo. Tenía miedo y no podía seguir montando. Esa era su verdad.
“Nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos, nos ponemos obstáculos y trabas constantemente”. Fue una lucha contra uno mismo que resulto ser durísima. Estaba acostumbrado a competir contra otros pero no contra si mismo. Todo eso con 38 años.
Su vida iba a dar un giro de nuevo, esta vez en Dubái. Quedaban dos semanas para competir cuando una alergia a ciertas partículas del desierto obligan a José Luis a volver a España durante al menos un mes para recuperarse. Otro fracaso que no podía acabar de ese modo. Quiere volver en un momento en el que ya no contaban con él, y contra viento y marea consigue una nueva oportunidad gracias a Roberto White, su gran mentor.
El video que nos proyecta de la carrera nos pone en tensión, sale casi el último y José Luís acaba ganando la carrera en Dubái. Ese final apoteósico acaba despertando los aplausos de un público asistente totalmente entregado.
“El éxito no consiste en vencer sino en no darse por vencido nunca”, “si no hubiera creído en mí, en mi equipo y en mis amigos nunca hubiéramos obtenido el triunfo final, nunca hubiera llegado este momento”. José Luis acaba diciéndonos que “el mejor equipo no es el más brillante o el que consigue más éxitos, el mejor equipo es el que funciona.”
David Meca sube al escenario tras su video de presentación. Se describe como nadador, sin rodeos. Comienza contando sus numerosos éxitos, diciéndonos que le gustan los entrenadores de mano dura, los que le hacían llorar.
Nos describe que era un chico con pies planos, rodillas torcidas, botas ortopédicas, hierros en las piernas y dolores de espalda, razón por la que los doctores le “obligaron” a nadar. “Los médicos recomendaron a mis padres que nadara y con el tiempo esa terapia pasó a ser un motivo para competir”
A los 16 años tuvo que decidirse, ¿deporte de alto nivel o estudios universitarios? Nos cuenta que decidió viajar a Estados Unidos a cuidar de niños y a dar clases para aprender inglés. Una vez allí, por su nivel como nadador le becaron y entró en una universidad privada, donde su entrenador de natación, al cual describe como “un animal”, le recomendó dejar la natación en piscina y hacer natación de mar abierto. En 1996 ya fue a la copa del mundo en Macedonia y la ganó.
En el año 2000, el Tribunal de Arbitraje Deportivo del Comité Olímpico Internacional (COI) confirma la suspensión de cuatro años por dopaje que le impuso la Federación Internacional de Natación (FINA). Pero nos cuenta como no se rindió, su entrenador le dijo “descansa y vuelve cuando te falte un año de tu castigo”, David dijo que no estaba dispuesto, que quería duplicar su entrenamiento.
Dice que nunca debió ver dos películas, ni “La fuga de Alcatraz” ni “Tiburón”. El reto de realizar la huida de Alcatraz a nado marcó su vida. Para demostrar que no era culpable y que le habían metido “en una cárcel”, decide realizar el reto de “la fuga de Alcatraz”. La gestión del miedo hizo que hiciera toda la travesía a nado con los ojos cerrados.
Nos habla de “innovar” para que todo siga igual. Le habían castigado, se sentía prisionero y siguió realizando gestos e innovando en formatos de exposición para reivindicar su inocencia, así siguió batiendo múltiples records. Tras tres años le levantaron el castigo y como estaba tan bien preparado, decidió competir en el campeonato del mundo en Hawái. Nadó los tres retos mundiales a mar abierto de Hawái, y los ganó todos.
David, cierra su intervención hablando de motivación, y de positivismo pero también de suerte e ilusión. Nos dice que “la gente con valores es imprescindible y hemos de mantenernos a su lado”. Nos muestra todas sus medallas, juntas en sus manos y va hablando de cada una. Incluida la de su victoria en el último campeonato del mundo, con un record del mundo incluido. Su éxito sin duda va ligado a su actitud.