Los valores son cada vez más relevantes a la hora de definir proyectos empresariales y están cada vez más arraigados a la gestión de las compañías. De hecho, dirigentes e integrantes de grandes corporaciones perciben que los valores empresariales han ido ganando terreno y definición en las organizaciones y que el modelo de gestión basado en la dirección por valores les abre la puerta a nuevas oportunidades. Así se desprende del último Barómetro de Valores y Ética Empresarial publicado por la Fundación Generación Empresarial en base a una encuesta a más de 8.000 directivos y trabajadores de grandes empresas.
“El 83% de los encuestados considera que los valores son imprescindibles para lograr los objetivos de la empresa”
El 94% de los encuestados ve inherentes los principios y valores a su percepción de la empresa y tiene conformada una visión de la misma muy vinculada al compromiso de la compañía con conceptos como la sostenibilidad, la honestidad y la transparencia. Este porcentaje ha ido aumentando progresivamente en los últimos años, situándose el pasado hasta diez puntos por encima que en 2010.
De la misma manera, el 91% de los empresarios considera que los valores de su compañía tienen un significado claro y hasta un 83% estima que son una herramienta esencial a la hora de lograr metas y objetivos.
“Definirse mediante valores es la mejor manera de prevenir que sean las dificultades las que definan a nuestra empresa”, afirma Deborah Petersen en un artículo de la Stanford Graduate school of Business. No obstante y a pesar de que la percepción de los valores empresariales está cada vez más asentada en las corporaciones, no todos los principios se advierten como igual de definidos.
Así, los valores que los integrantes de las compañías perciben como mejor implantados y más intensamente vividos por todos los miembros son la seguridad, la excelencia, la honestidad, el respeto por el medio ambiente y la responsabilidad personal en la toma de decisiones. Por el contrario, se sienten como menos asentados la pasión, el espíritu emprendedor, la equidad, la justicia y la creatividad.
Esto contrasta con los resultados de una encuesta a alumnos de doctorado en Dirección de Empresas en el contexto de un estudio sobre los valores personales y corporativos en el comportamiento ético en la empresa. Los estudiantes aprecian como más importantes para prevalecer tanto en la vida privada como profesional algunos de los principios que los directivos de las empresas consideran que están menos implantados.
Así, juzgan como prioritario garantizar la libertad, la equidad y la pasión en todos los aspectos vitales y estiman que son estos principios, junto con la responsabilidad y la humildad, los que deberían prevalecer en todas las organizaciones empresariales. El menor asentamiento de estos valores en contraposición a otros como la sostenibilidad y el respeto por los demás, puede explicarse por la dificultad a la hora de conceptualizar la idea subyacente que se oculta detrás de ideales como libertad o pasión.
Son muchos los estudios que apuntan a la necesidad de definir de manera precisa todos los valores organizativos y de trasladar el enfoque idealista y abstracto que se atribuye a algunos de ellos en acciones prácticas y concretas, es decir, acercarlos a la realidad y al día a día de la compañía.
Si las organizaciones logran concretar a nivel corporativo algunos de los principios éticos más ambicionados por los futuros dirigentes empresariales conseguirán un nivel de implantación de estos valores equivalente al que ya poseen otros menos teóricos como la excelencia o el trabajo en equipo. Así se vislumbra el principio del camino que puede conducir a alinear las esperanzas de los futuros líderes con la realidad de las empresas del momento.
PERSONAS YA FORMAN PARTE DE RANDSTAD VALORES