Yo soy una persona que me quedo solo con lo positivo y lo negativo lo aparto.
Un campeón encima de la bicicleta y un ejemplo alejado de las cronos y los puertos de montaña. Alberto Contador es uno de los mejores ciclistas de la historia como demuestra su abrumador palmarés, pero su mayor victoria la logró a los 21 años, cuando logró reencontrarse con su gran pasión después de superar un ictus. Tras haber abandonado el deporte de alto nivel, centra sus esfuerzos en su fundación, desde la que lucha contra la enfermedad que estuvo a punto de truncar sus sueños.
Se inició en el ciclismo a los doce años, aunque ya desde el principio destacó como gran escalador y poco a poco fue entrando en el ciclismo profesional, a base de sacrificio y ambición. Su explosión final llegaría en el año 2007, cuando conquistó su primera gran vuelta: el Tour de Francia.
A partir de ahí, Contador se convirtió en una de las figuras más notorias del ciclismo mundial. A ese primer Tour pudo sumarle otro, dos Giro d’Italia y tres Vueltas a España. Fue el primer corredor español en adjudicarse las tres competiciones más importantes del ciclismo y el quinto en toda la historia. Un palmarés que le sitúa como el 12º en la lista de los 100 mejores ciclistas de la historia elaborada por la Unión Ciclista Internacional. Sus logros fueron premiados con la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo en el año 2008.
Pero el sueño estuvo a punto de no hacerse realidad. En el año 2004, mientras disputaba la Vuelta a Asturias a la edad de 21 años, Contador sufrió una dura caída y se le diagnosticó un derrame cerebral del que tuvo que ser operado, con riesgo de su vida. Tras una ardua recuperación logró volver más fuerte a la competición, y sus mejores años llegaron inmediatamente después.
A raíz de este episodio, Alberto Contador toma conciencia del problema que supone el ictus y del desconocimiento que existe con respecto a esta enfermedad. De esta manera nace la Fundación Alberto Contador, cuyos principales objetivos son la promoción del uso de la bicicleta y el ciclismo en general y la lucha contra el Ictus.
Alberto Contador se define a sí mismo como un inconformista que siempre ha luchado por ganar. Se trata de un corredor ejemplar que ha construido un gran legado apoyándose en valores tan importantes como la solidaridad, el afán de superación y la deportividad.