"Cuanto menos dinero y menos recursos tienes, más agudizas la creatividad"
"El mejor valor que he desarrollado es la determinación. Si vas, vas. Y sino, mejor no vayas"
Jaime Garrastazu, un joven emprendedor que decidió cambiar su puesto en una empresa de auditoría por la aventura de crear su propia empresa, Pompeii.
Junto con tres amigos de toda la vida, Nacho Vidri, Jorge Vidri y Cosme Bergareche, creó Pompeii, una de las marcas de zapatillas hechas en España más importantes de la actualidad.
¿Cómo empezó? con una frase: “¿y si hacemos zapas?”. Y continuaron dibujando con unos lápices de colores en un folio unas zapatillas que les gustaría llevar a ellos mismos. Se reunieron con fabricantes de zapatos de Elche y con 18.000 euros de capital inicial arrancaron. Pero 12.000€ estaban inmovilizados. Con lo que nos quedaba sólo podían hacer 349 zapatillas. “Cuanto menos dinero y menos recursos tienes, más agudizas la creatividad”.
El camino no fue fácil. En los inicios no se podía, ni siquiera, comprar en su página web porque decidieron crear pop ups online, es decir, vendían una vez al mes por la página web. Jaime defiende que funcionar de manera diferente construye el ADN de una marca. “Durante ese período nos pusimos un sueldo de 400 euros para así poder invertir cada céntimo en nuestro proyecto, y no en nosotros”.
En ese momento, todos los integrantes de Pompeii tenían su trabajo o estaban centrados en sus estudios. Jaime tenía tan solo 23 años cuando se dio cuenta que la inercia de lo que los demás esperaban de él le había llevado a un trabajo que no le llenaba. “Entré en un trabajo sin saber muy bien por qué, ni siquiera tenía claro cuál era el fin. Sólo sabía una cosa, iba a empezar a cobrar”. Pero algo le abrió los ojos, y decidió cambiar y empezar a pensar en lo que realmente quería él. Y lo que quería era Pompeii. Fue entonces cuando él su sus amigos se volcaron en el proyecto común.
Apostaron por la digitalización. Centraron su estrategia en la venta online y en los canales sociales. Y funcionó. “El día uno antes de vender teníamos 4.000 seguidores y solo 349 zapatillas para vender”. Hoy tienen 90k seguidores en instagram y han vendido más de 15.000 unidades. “Ni sabíamos de 'e-commerce' ni de moda. Sí sabíamos lo que a nosotros nos gustaba como clientes".
Se embarcaron en un proyecto que daba miedo. “Si te da miedo es que puedes hacerlo”. Y dos años después, venden en Italia, Francia y Alemania, entre otros.
Jaime acaba con una lección muy clara sobre su experiencia: “Lo más bonito de emprender es ser capaz de encontrar tu camino. Todos los que emprendemos debemos aspirar a cambiar el mundo”.